Asumir responsabilidades, por supuesto que es algo que a todos nos gustaría eludir y siempre, no en vano, las zonas de confort en las que nos movemos nos ofrecen pequeños “Reinos de Taifas” de los que: ¿Para qué vamos a salir? Total fuera tampoco hay nada que nos interese, o eso creemos.
Tampoco quiero decir que hay que estar en el otro extremo “bebiéndoselas” y sentirse responsable de lo humano y lo divino, tan solo es cuestión de serlo y sentirnos de nosotros mismos –ni más ni menos—. Esto es un acto de equilibrio que nos puede ofrecer la fuerza necesaria para seguir adelante para superar esas adversidades, que en muchas ocasiones nos dejan paralizados.
Resulta curioso como a veces te cruzas con personas que son capaces de tomar una decisión tremendamente importante en su vida, que la cambiara totalmente y una vez tomada, se acaban por bloquear, se olvidan del compromiso que ello supuso y olvidan que cualquier opción que elijas en tu vida lleva aparejada múltiples acciones para que realmente te lleve hacia donde realmente quieres ir. De lo contrario posiblemente no solo no te haya servido para nada, sino que con seguridad repetirás tu historia en lugar de reescribirla que es lo que solemos pretender cuando tomamos una decisión trascendental ¿O no?
Puedo entender que el mundo de la excusitis se pone en marcha –y a destajo echando horas extras— para crear un mundo ficticio en el que nos sintamos confortablemente bien y además protegidos de fracasos y adversidades. Claro si no haces nada, no sucede nada ni bueno ni malo… el asunto sería considerar qué es bueno o malo, quién lo decide y cómo influye en nuestro devenir existencial.
Cuando entendemos que asumir responsabilidades es un acto de valentía, generamos una fuerza interior que le se pone a nuestro servicio para llevarnos hacia donde queramos ir. Sería similar a llevar la batuta de director de orquesta y que todo sonara magistralmente, como nosotros deseamos, y si queremos mucho necesitaremos exigirnos mucho.
Los instrumentos de nuestra orquesta no son pocos; por una parte estamos nosotros mismos, nuestro interior, los principios y valores que nos mueven y motivan, las fórmulas y claves que nos llevan al triunfo a veces y tras a levantarnos de las derrotas que sufrimos. Por otro lado tenemos lo que ocurre a nuestro alrededor a nivel macro como decisiones gubernamentales o tendencias de la sociedad. Si bajamos a pie de calle lo que sucede en torno nuestro, véase familia, amigos, compañeros, vecinos, trabajo, pasiones, etc. y que si tenemos –en muchas ocasiones— la responsabilidad de variarlo, al menos, con nuestro comportamiento.
Vaya está claro que hay que ser un verdadero Maestro para dirigir esta gran y variopinta agrupación musical, pero: ¿quién dijo miedo o esto es imposible?… Estas suelen ser unas palabras ancladas en nuestra mente desde que somos pequeños por lo que nos cuentan, lo que vemos y sobre todo trata de inculcarnos en entorno de forma casi imperceptible, de hecho cuando alguien consigue “algo”, nos lo venden como extraordinario y fuera de lo común, solo para unos afortunados tocados por la suerte –dicen con grandilocuencia—.
Nadie te indica: —Asume el reto, hazte responsable de ese desafío, métele pasión, paciencia, perseverancia y conseguirás tu hazaña—. Es cierto que muchas de ellas lo hacen por miedo hacia ti, otras por temor a que lo consigas y ellas no, y otras ni se plantean que existen zonas fuera de la de confort. El mundo es de las personas normales que hacen cosas extraordinarias, la gente con un cociente intelectual elevado y los genios no abundad, no tienen porque.
Somos –y me incluyo— esa gran masa de comunes mortales (que no mediocres) que cuando son capaces de creer profundamente en ellos mismos y sus entornos: “Crean”, materializan y convierten en realidad no solo sus sueños sino los de mucha gente que les rodea. Y uno de los primeros pasos es darle al interruptor de hacerte responsable de tu destino.
“Visualicé adónde quería ir, qué tipo de jugador quería ser, sabía con exactitud adónde quería llegar, qué quería obtener, me concentré en conseguirlo y lo logré”
Michael Jordan
Magnifico post… me a encantado!!
A través de la responsabilidad yo madure muy joven, no me quedaron mas opciones, así que llevo toda mi vida siendo responsable de mi misma, de mis acciones, de la repercusión que mis actos puedan tener hacia los demás, de familiares mayores a los que he tenido que cuidar durante años, de todas las personas que he tenido a mi cargo en las multinacionales donde he trabajado y desde hace unos años soy responsable de mis hijos por voluntad propia, porque yo lo elegí bajo mi responsabilidad y con una finalidad, darles la felicidad que se merecían.
Soy responsable de las acciones que emprendo y las decisiones que tomo a cada instante, calculando las repercusiones que pueden acarrear a los que me rodean y deseando que nadie pueda salir perjudicado, pero a la vez deseando acercarme paso a paso a mis sueños, porque yo también me merezco el alcanzarlos.
Que facil delegar responsabilidades y quedarnos en la zona de confort, pero estamos dependiendo y perdiéndonos quizás de lo mejor. Tomar decisiones para hacer cambios en nuestra vida y conseguir nuestros objetivos y metas trazados, requieren de esfuerzo y responsabilidad, si queremos tener éxito en los mismos. Muy interesante artículo !!! COMO SUPERARSE A TRAVÉS DE LA RESPONSABILIDAD…
Conocí a Javier de forma casi casual, hace mucho tiempo y de forma virtual. Yo tengo una cuenta en FB que me sirve de lugar de encuentro con los dos grupos poéticos a los que pertenezco, uno fundado por mi. Bien, de algún forma Javier llegó a ser mi amigo y como hombre de empresa que he sido más de 38 años en más de siete países y 12 ciudades, además de no haber cesado de viajar por el mundo jamás, como digo, con esa mentalidad adquirida en una vida de trabajo, pude darme cuenta inmediatamente, siguiendo sus publicaciones diarias, de que me encontraba ante un autentico hombre de empresa, con una gran enjundia creadora, un gran carácter y cualidades necesarias para ser un gran líder, un gran comunicador (algo que escasea y que no es fácil de desarrollar), un hombre con una capacidad empática y carácter ecléctico, sereno, asertivo en sus disertaciones. En definitiva, estaba ante un autentico líder de equipos humanos y de proyectos. Javier es un hombre que sabe muy bien establecer prioridades, organizar proyectos, impartir cursos de formación necesarios para que los equipos humanos a tu mando funcionen, y lo que es muy importante, tiene la capacidad importantísima de saber diseñar los cursos de formación que también sabe impartir. Sin extenderme más, resumo mi exposición diciendo que Javier es un hombre con el futuro en los bolsillos.
Un abrazo
José María De Benito Buzón
Staff de asesoramiento y gestión de alta dirección
FCC
Gracias José de Benito por tus comentarios. En mi mente siempre está la Motivación Personal dirigida hacia el Desarrollo Profesional. Pensamos porque lo hemos hablado que liderar equipos es un arte que hay que hacer con la debida Motivación, solo así las empresas serán rentables y la s personas que en ella trabajen y se desarrollen encontrarán un lugar donde crecer personal y profesionalmente. En buena medida la calidad de los empresarios radica en la calidad de las empresas y de quienes en ellas trabajan, no en vano la mayoría de emprendedores han trabajado para otros antes de aventurarse en solitario. Gracias por tu amistad, es un privilegio contar con ella.